Believe in your own feelings

lunes, 12 de septiembre de 2011

Luna


Estas últimas noches, he salido a la azotea de mi casa y he estado observando la luna junto a una amiga muy querida. Era tan especial la luna, tan bonita, profunda y sofisticada, que me fue imposible no dedicarle, aunque fuera, solo unas pocas rimas. La verdad parece que sea tan lejana, tan indiferente a todo lo que pasa en este mundo, y sin embargo, está tan presente, tan observadora y cautelosa, como asechando a su presa, pero no de la manera agresiva como un depredador asecha a su presa, sino de la manera amorosa, en la que una madre admira a sus hijos, y los ve crecer año tras año. Así es como nos mira nuestra querida luna, en silencio, sufriendo, llorando, riendo con nosotros, sintiendo cada sentimiento como si fuera propio.


Luna, luna


Silenciosa observadora,
que desde tu balcón
me ves llorar
y te acercas a mirar.

¿Qué quieres?, te pregunto,
¿acaso te importo?
Si yo soy solo una niña
y tu brillante semiluna.
¿Por qué te voy a importar
si solo soy una mortal
que sufre y llora sin parar,
y que a ti te ve pasar,
noche tras noche sin faltar?

No hay comentarios:

Publicar un comentario