Believe in your own feelings

miércoles, 11 de julio de 2012


Otra lágrima derramada...

Otra lágrima derramada
que humedece suavemente
mi mejilla, otro corazón
partido, otra sonrisa apagada y triste
nuevos ojos llorosos, llenos
de algo que podrían ser recuerdos
demasiados motivos para abandonar
y muy pocos para seguir
la misma pregunta que se repite
incesante en mi mente
el mismo sentimiento de abandono
sin ninguna caricia, sin besos
el olvido que veo en tus ojos
sueños en los que me acompañas
tan diferentes a lo que en realidad
pueda llegar a ocurrir....

Ya he entendido que cuanto
más me intento acercar a ti
más rápido despareces
y aunque me enfade, sola, triste
te sigo recordando
como si no pudiera despegarte
de mi corazón o de mi mente...

Ni siguiera quieres escucharme
tú siempre sigues tu camino
como si fuera la afortunada que
tuvo la suerte de encontrarte
y por mucho que yo lo quiera intentar
esto nunca, jamás va a funcionar
hay demasiadas cosas, personas,
sentimientos, gustos que nos separan
y abre un abismo infinito entre tú
y yo, entre dos almas que puede
que nunca se encuentren de nuevo
pero me arriesgo y te dejo marchar
no tengo fuerzas para hacerte volver
y tu sí para hacerme llorar
por eso me despido, con la mano desnuda
intentando atrapar la arena de la playa,
la única que nunca me faltará.

Camino entre tus huellas...



Camino entre tus huellas, en la arena
del mar bañado en miles de lágrimas
sollozos que callaste con tu abrazo
y callas, una vez más, prisionero
de tus propios pensamientos
encarcelado entre rejas de hielo fundido
amores sepultados entre palabras derrochadas
entre tantas batallas perdidas
por el deseo de ganarlas.

Tantos pétalos esparcidos por el viento
en días huracanados y fríos
junto al deseo de desaparecer,
deseo de ser invencible e inmortal
al sueño de tu propia vida
mientras sigues huyendo de mis abrazos
los que alguna vez pudieron rozarte
como una sombra entre miles de fotones
y te desvaneces sobre la hierba
mojada por la húmeda mañana
entre un bosque de días primaverales
rozando un rayo de sol que
no se atreve a caer sobre tu crispada piel
siguiendo tus huellas aún marcadas
entre cientos de pasos de un lento caminar
que marca el compás de tus latidos
desgastados...por el intento de escapar.

Pasos desnudos y escarchados



Pasos desnudos y escarchados
sobre la orilla de un viejo mar,
testigo primerizo de tantos viajes inacabados
a profundidades inanimadas,
lúgubres madres de un pobre huérfano,
testigos de suspiros imperceptibles
de un alma atrapado bajo el
débil sonido del viento frío.

Abrazos silenciosos y vacíos
que consuelan un espíritu vencido
por el tiempo, el mar y el olvido,
tan pesado e inexplicable como
un beso al amanecer tardío
iluminado por débiles rayos de sol.

Alma rota, despedazada y triste
que intenta alcanzar el desliz de
un cálido abrazo desconocido bajo un viejo peral.

Desesperados intentos de salir
a la orilla, nadar y vencer el deseo de olvido
ante unas palabras pronunciadas con
demasiado pesar y muy poco sentido.

Palabras acorraladas


Palabras que se esconden
tras un muro invisible de hierro;
láminas de fuego encendidas sobre un alma
sin espacio para expandirse
acorralada en un laberinto interminable
donde las palabras vuelan sobre el cielo azul rojizo,
en un tiempo que no se puede concretar y
en un lugar de cuyo nombre no quiero acordarme
tras un silencio abrasador que evapora
las últimas gotas de sangre de esta pobre
escritora.

Inacabado poema de sentido incomprensible
que abre lujurias y miedos escondidos,
palabras que se aposentan sobre un
trozo de papel roto, quemado y seco
empapado en lágrimas inexistentes,
fantasmagóricas y frías,
albergando la esperanza de un nuevo comienzo
lejos del precipicio que la rodea.

miércoles, 4 de julio de 2012

Sueño inalcanzable


Otra vez aquí sentada sobre un
mojado y arrugado trozo de papel
intentando ignorar lo que
por todos medios intenta salir.
Un nuevo montón de sentimientos
rotos y desgastados por la presión
de no querer sacarlos;
escondidos, frustrados, otro día más
hasta que se acaba, ya no queda nada
no tengo más fuerzas, no puedo más,
necesito que alguien me busque,
que alguien me saque de este
oscuro y frío bosque
donde me encuentro desde hace mucho,
demasiado tiempo, gritando
en busca de tu ayuda.

Pero tú te acobardas y no llegas,
estás demasiado lejos para
escuchar mi apagada voz,
escondida entre ramas de arboles
torcidos y calvos, sin sus hojas.
Y ahora estoy tan desgastada
tan lejana a ti, en un espacio
interminable entre los dos
porque ya...ya no quiero luchar
por mucho que lo intento
ya las fuerzas no me alcanzan,
tus besos no me bastan
ni el recuerdo de ellos
ni los sueños que me acompañan
cada noche y cada día...

Necesito alejarme en una torre
lejos de mí, de mi propio alma
de todo lo que intento sentir
y no consigo.
Ya he escuchado demasiados
sollozos en medio del mar,
demasiadas risas apagadas y frías,
muchas sombras que me atormentan
que me envuelven y me llevan
con ellas, lejos de aquí;
y aunque lo intente, no me puedo
resistir, ya no puedo luchar por ti,
solo me queda despedirme
de un sueño que nunca viví.