
Solo ves un camino largo, oscuro
un abismo interminable, de dudas
mentiras y egoísmo.
Caminas rodeada de personas inexistentes
fantasmas de un cementerio olvidado.
Sujetas una rosa negra en la mano
que un día plantaste pensando
que seria de otro color.
Desengaños, uno más en las lista interminable;
otro boli sin tinta derramando sangre sobre
un trozo minúsculo de papel.
Y sigues caminando con tu vestido
de blanca seda, sin un solo pensamiento;
los pasos te controlan, te llevan hacia otro
precipicio interminable, otra mentira por afrontar;
sujetas la rosa cuyas espinas ya forman parte de tu piel
y dejas caer pequeñas gotas de sangre por
el camino que emprendiste ayer.
Pensar que al empezar eras toda sueños
pero ya no, has envejecido como la negra
rosa espinosa y cruel.
Ahora eres una más del montón
otro corazón poseído por el dolor,
otro alma resquebrajado por un rascacielos sin control.
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